Tamayo, el despoblado español que repuebla el mundo
15 Junio, 2021¿Quién no conoce a alguien que se apellide Tamayo? Hay Tamayos por toda España, por las Américas (norte, centro y sur), por Europa, por Filipinas y por el resto del mundo. El origen del apellido es un pequeño pueblo deshabitado en Burgos. Dio tantos hijos al orbe que se quedó sin ninguno. Ahora una asociación difunde su historia desde el año 967 y dinamiza el núcleo.
Nadie duda de que Madrid sea una ciudad populosa. Tiene 3.334.730 habitantes y sólo en España la llevan como primer o segundo apellido 28.248 personas. Tamayo es un puñado de casas deshabitadas desde hace décadas pero, aun hoy, son Tamayo de primer o segundo apellido 17.691 españoles. Indudablemente, hubo hijos de este pueblo burgalés en casi todas las flotas conquistadoras españolas del siglo XVI, porque hay poblaciones con ese mismo nombre en los Estados Unidos Mexicanos o en la República Dominicana. Fueron Tamayo los fundadores de diversas ciudades latinoamericanas. Por todos los sitios surge hoy algún Tamayo, hasta en los créditos finales de la película “Mi novio es un ladrón”, protagonizada por Meg Ryan y Antonio Banderas.
Vista general de Tamayo (facilitada por la Asociación Unidos Por Tamayo)
Los encontramos por todas partes y de cualquier profesión. Si antes hubo nobles, infanzones cercanos a los reyes, hoy los hay guitarristas flamencos, abogados, pintores, ministros, diputados, notarios, físicos, poetas, escritores, periodistas, libreros, rectores de universidad, arquitectos, médicos, farmacias con ese nombre desde San Sebastián a Granada… ¡y hasta un astronauta! Se ve que a Tamayo se le quedaba pequeño el planeta Tierra y ha situado a uno de sus hijos en el espacio. Un Tamayo fue también el mítico masajista del Sporting de Gijón, el único del equipo que siempre, siempre, recibía una ovación al saltar y salir del terreno de juego. El buscador Google arroja 26.800.000 resultados cuando se consulta el nombre. Busquen cualquier profesión y ahí encontrarán a los Tamayo. El hecho resulta más insólito todavía si se tiene en cuenta que, en el momento del máximo esplendor poblacional de su historia, Tamayo no superó los doscientos habitantes. De hecho, con el número de edificaciones no podía dar para más.
Eduardo Tamayo Aguirre es un médico jubilado donostiarra que un buen día sintió la pulsión de conocer el origen de su apellido y se desplazó hasta el despoblado, que le impactó. Tamayo pueblo se encuentra a dos kilómetros del núcleo poblacional de Oña, la villa condal, y a la misma distancia de Terminón, la ahora pedanía oniense en la que confluyen los ríos Caderechano (que atraviesa el Valle de Caderechas desde Madrid de las Caderechas), Homino (que se abre camino desde la tierra natal de Félix Rodríguez de la Fuente, Poza de la Sal) y el Oca burebano que, con ese último nombre, cangrejero y truchero, orilla a Tamayo camino a su encuentro con el Ebro. El estado de abandono del pueblo era total, con una casería sin agua corriente ni luz eléctrica.
Iglesia de Tamayo (Foto Eduardo Tamayo Aguirre)
El doctor Tamayo comenzó a investigar sobre sus orígenes lejanos y, fruto de su trabajo, surgió el libro “Tamayo y su Historia”, que puede descargarse aquí gratuitamente en formato pdf o en Amazon como libro-e de Kindle. Organizó la “Asociación Unidos por Tamayo”, abrió la Web www.tamayo.info y creó en Facebook el grupo “Apellido Tamayo”. En la actualidad, han conseguido que hasta el poblado llegue electricidad y agua sanitaria, dos habitantes procedentes de otras provincias y restauran una vivienda que sirva de memoria viva de una localidad histórica que repartió a sus hijos por el mundo.
Restos de las "Torres de Tamayo", el origen (Foto Eduardo Tamayo Aguirre)
A todos ellos se dirige la Asociación Unidos por Tamayo a través de la Web www.unidosportamayo.com, tratando de agrupar a todos los descendientes del pueblo en el proyecto de poner en marcha una Casa Museo que mantenga viva la memoria del pueblo “y el orgullo de apellidarse Tamayo”. La edificación ya fue adquirida por varios donantes y ahora Eduardo Tamayo Aguirre espera poder inaugurarla gracias a pequeñas aportaciones de los tamayitos que pululan por todo el mundo y hasta en el espacio. Hasta el momento hay más de mil trescientos Tamayo unidos en la iniciativa, que espera conseguir sesenta mil euros para financiar las obras necesarias para adecuar la vivienda al objetivo perseguido.
Edificio tamayense (Foto Eduardo Tamayo Aguirre)
Hoy Tamayo es un barrio de Oña, tras la desaparición de sus vecinos originarios en la segunda mitad del siglo pasado. Los últimos se instalaron precisamente en la villa condal, donde había mejores condiciones de vida y los servicios de los que carecían en sus casas.
El Centro de la Memoria de Tamayo espera ser el germen de una revitalización futura de ese núcleo, ahora que cuenta ya con agua sanitaria y electricidad. La Asociación ha creado una ruta de senderismo para atraer visitantes, pero Tamayo cuenta con muchos más alicientes en su entorno, al estar cercana a otros puntos de gran interés turístico. El primero es Oña, ahora su “metrópoli”, con la iglesia de San Salvador, su antiguo monasterio anexo, la iglesia y torre de San Juan, todos ellos de una enorme riqueza artística y monumental, la calle de la judería (Barruso), una historia milenaria desde el Imperio Romano y unos paseos espectaculares con pasarelas de madera y manantiales hasta el inicio del desfiladero excavado por el río Oca que conectaba secularmente Castilla con el norte cantábrico.
Restos de la Torre de Terminón, en su barrio bajero.
En Terminón se encuentra la Peña del Elefante, formación rocosa que se asemeja notablemente a un elefante en posición sedente, ubicada en el paraje de El Cuadrón, los restos de la edificación defensiva del municipio, similar a las derruidas “Torres de Tamayo”, que formaba parte del mismo circuito defensivo y el puente romano sobre el Caderechano, ambos a pocos metros, ubicados en su barrio bajero de camino a la campa de San Pedro.
Terminón es el último pueblo del Valle de Caderechas, un espectáculo todo él en primavera, con la floración de sus miles de cerezos y guindos que impresiona cada año a propios y visitantes a lo largo de todo el valle.
Vista general de Poza de la Sal (Foto: queverenelmundo.com)
A once kilómetros de Tamayo tenemos Poza de la Sal, un pueblo medieval y riscoso, ciudad natal del naturalista Félix Rodríguez de la Fuente, con su castillo y sus salinas, de un encanto especial. Su destilería Reino de Castilla produce, entre otras especialidades, licores de cereza del Valle de Caderechas y es visitable previa cita por WhatsApp en el teléfono +34 618629814 (calle Calvario, 18).
Queverenelmundo.com difunde este video sobre Poza de la Sal.
También se encuentra a pocos kilómetros otra población histórica, Frías, que como Tamayo fue exportadora de hijos por el mundo, con un bellísimo conjunto monumental y fortificaciones.
Detalle de la Vía Verde
Y, a lo largo de decenas de kilómetros, el visitante puede pasear por la Vía Verde, que cubre el trayecto del antiguo ferrocarril Santander-Mediterráneo, hacer montañismo o adentrarse en bosques con el especial aroma del pino resinero, que hasta hace pocas décadas era todavía explotado para la obtención de resina en las inmediaciones de Tamayo.
En definitiva, la Asociación Unidos por Tamayo, organismo sin ánimo de lucro, espera poder crear las condiciones que animen a los Tamayo repartidos por el mundo a visitar sus orígenes ancestrales, conocer su historia y gestas, así como que puedan mostrárselos a sus familiares y amigos con merecido orgullo, mientras recorren el entorno en el que vivieron, lucharon y del que salieron sus antepasados a repoblar el mundo. Ahora sólo falta que Instituciones y los Tamayo del mundo apoyen la iniciativa de los promotores. En www.unidosportamayo.com pueden responder al reto. Ayúdenles, aunque sólo sea con la donación de un ladrillo aportado a través de su cuenta corriente. La Historia se lo agradecerá. Y podrán disfrutarlo desde la inauguración de la Casa de la Memoria de Tamayo.
El IBAN de la cuenta de la Asociación para colaborar en la habilitación de la Casa de la Memoria de Tamayo
Otras publicaciones sobre los Tamayo repartidos por el mundo
Don Luis Jiménez-Tuset y Martin escribió “Tamayo, Historia de una familia” sobre los nobles de ese apellido afincados en Osuna (Sevilla). Por desgracia, la obra parece dirigida casi exclusivamente a su familia, ya que se hace constar que la tirada alcanza sólo a 150 ejemplares. Pero su justificación y la extensa enumeración de capítulos pueden verse pinchando aquí.
Y, entre tanto, en julio de 2021 ha salido una web, www.valledecaderechas.com, que también dedica un capítulo a Tamayo. Ver aquí.
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